No es la primera vez que veo una patada al diccionario o algún clamoroso error ortográfico en la prensa escrita española pero hoy, después de que me sangraran los ojos abundantemente tras leer una columna en Última Hora, he decidido sacarle los colores a esos periodistas y escritores, presuntamente leídos y cultivados, que aspiran a iluminarnos con su cultura y su sabiduría sobre casi todos los temas que existen.
Dejando de lado el contenido del artículo de Pere Bonnín que es el verdadero objeto de este post (un contenido lamentable por otro lado, aunque esa es ya otra historia), me he querido centrar en la barbaridad escrita por un señor que, por su edad, seguramente estudió latín en el cole, lo cual es una circunstancia agravante.
No hay excusa posible, salvo echarle la culpa al becario de turno del periódico o atribuir el crimen ortográfico a "un error informático", el conocido método exculpatorio "Ana Rosa Quintana". No quiero imaginar qué habría hecho de mí el viejo profesor Baltasar Coll, que nos enseñaba latín en el instituto entre ataques de tos y miradas asesinas, si en alguno de mis exámenes yo hubiera escrito hipso facto con esa h que no estaba invitada a la fiesta, al estilo Pere Bonnín.
Si Cicerón se hubiera levantado de la tumba el pasado 8 de noviembre y se hubiera dirigido al kiosko más cercano a comprar la prensa local, se hubiera llevado un tremendo disgusto. Me lo imagino como a Taylor de "El planeta de los simios", arrodillado en la playa ante los despojos de la Estatua de la Libertad, llorando sin consuelo viendo su amada lengua latina pisoteada y ultrajada.
Bonnín, "periodista, escriptor, poeta i traductor" según la Viquipèdia, es el responsable de las lágrimas de Cicerón. Que los dioses le perdonen.
Con queda inaugurado oficialmente en este blog llamado "Hipso Facto", consagrada a detectar y denunciar todas las cagadas ortográficas de nuestra intelectualidad. Aceptamos colaboraciones desinteresadas.
"Hipso Facto"
- Lugar del crimen: Última Hora
- Fecha del crimen: 8 de noviembre de 2012
- Autor: Pere Bonnín
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